Hoy sí que ha sido un día
muy duro. ¡Esto de cruzar los Monegros es toda una aventura! Tengo muy claro
que, al menos a pie, no lo volveré a hacer.
A las 7 y media de la
mañana salía de Bujaraloz y chino-chano he ido haciendo el camino. A las 6 de
la tarde llegaba a Osera de Ebro.
Osera es un pueblo
pequeño con una gente muy, muy acogedora. Cuando he llegado, Enrique, el
concejal, no me podía atender, pero me esperaban un matrimonio, Rafael y
Lourdes que trabaja en el Ayuntamiento. Me han llevado hacia el bar y han
pedido que me trajeran un bocadillo. Mientras yo iba comiendo, hemos estado
hablando de la marcha y de la fenomenal situación en que se encuentra el país.
Hemos pasado un muy buen rato y yo he quedado encantado con una gente tan
amable
.
Como Gloria no me ha
podido encontrar alojamiento para el próximo pueblo, tenía un problema para
mañana. Yo ya me veía durmiendo al raso. Y, francamente, el tiempo no acompaña
demasiado.
Enrique no me podía
recibir, pero me ha llamado. Después de agradecerle la hospitalidad, le he
comentado que mi amiga no había podido encontrarme alojamiento para mañana. Me
ha dicho que no me preocupara por nada. Se ha puesto a buscar alojamiento en
Alfajarín, pero la cosa no está muy segura. De todas formas me ha dicho que no
me preocupara, que al raso no dormiré, que él se encargará de buscarme un
lugar. La alguacil, Marisol, también se está moviendo en este sentido.
Me han dicho que mañana
por la mañana vaya a desayunar al bar, que ellos ya lo pagarían. Les he
comentado que no suelo desayunar, pero a toda costa, me han hecho asegurarles
que iría, aunque fuera a tomar un café con leche.
Hemos quedado con Enrique
mañana, en el bar, para hablar de la marcha y para que me diga hacia dónde debo
dirigirme para poder encontrar alojamiento.
Después de que me
ofrecieran el bocadillo y el desayuno de mañana, he pensado que a pesar de la
marcha, estoy mucho mejor que mucha gente que no tiene ni un pedazo de pan que
llevarse en la boca.
Y me da una rabia
terrible pensar en las cadenas de comercios donde venden comida que tienen la
obligación de tirar lo que les sobra de cada día y no está en demasiado buen
estado, en lugar de darlo a la gente que lo necesita. ¡Si incluso obligan a los
trabajadores a desenvolver y triturar los productos para que nadie los pueda
aprovechar! Suerte (y lo digo porque sé de lugares donde lo hacen) que hay
trabajadores que se niegan a hacerlo, que dejan la comida en el contenedor
(dentro o al lado) para que la gente que lo necesite la pueda recuperar. Si
incluso decían que pondrían multas de no sé cuántos cientos de euros a quien
vieran remover los contenedores de basura. Esto, realmente, es ser unos miserables!
No les basta con dejar pasar hambre a la gente que, además, intentan impedir
por todos los medios que se busquen la vida, aunque sea en los contenedores. ¡
Es una vergüenza! Me gustaría ver a esas personas que ponen estas normas en la
situación de pobreza en que se encuentra mucha gente. Seguro que cambiarían
radicalmente sus planteamientos. Y es que de tuyas a mías ....
Aunque tengo los pies y
las piernas que ya no aguantan, estoy la mar de contento porque he conocido una
gente muy maja y aprovecho para agradecerles una vez más sus atenciones.
Os adjunto una fotografía
que me he hecho con el matrimonio.¡ Lo he conseguido! Finalmente he descubierto
la manera de enviar las fotos con el móvil.¡ Antes de que termine el viaje,
conseguiré dominar el teléfono como lo hacen los críos! (O así lo espero)
Así que para mañana la
cosa no está demasiado clara. La primera intención es ir a Alfajarín, pero
depende de lo que me diga el Enrique iré a un lugar u otro.
Alfajarín
1 comentario:
El tema de los alimentos que tiran de los supermercados es terrible. Yo pienso como tú Manuel, que deberían llevarlos en un almacén para repartidos Realmente cuando aún están en condiciones alimentarias, Lo que pasa es que la gente que "si" puede comprar se mira con lupa ,las fechas de caducidad y si caduca dentro de pocos días ya no lo quiere. Pero aún esta en plenas condiciones para consumirlos. La multa debería ser para los comerciantes y supermercados que no llevaran la comida cuando está a punto de caducar a los centros de recogida de alimentos para poderlos repartir a las personas necesitadas como a los albergues, a las asociaciones de vecinos que conocen a las personas de sus barrios más necesitados, a las parroquias, y a otros centros de recogida de alimentos. La multa debería ser si tiran comida que aún se puede aprovechar. Al igual que las comidas preparadas de muchas tiendas más pequeñas que se dedican a este tipo de venta.
Deberíamos salir voluntarios para colaborar en estas tareas de recoger y para repartir. El pueblo tiene soluciones. Queremos ser escuchados!
Animos Manuel.
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